Descripción
El legado de Gabriela Mistral crece año a año con una fuerza admirable. Sus libros se multiplican recuperando poemas inéditos, cartas, recados o ensayos, distintas formas que revelan la extraordinaria potencia de su escritura. Poeta de la naturaleza y la espiritualidad, de la maternidad, de la niñez, del amor y la muerte, con un ritmo y un lenguaje único, “hacia la conquista de una ardiente lucidez” –en palabras de Luis Oyarzún–, descubrió “formas particulares y significativas de la esencia humana misma” que iluminan la vida y el arte. Tal vez sea esa capacidad de visión lo que ha hecho imperecedero su legado, que la hizo peregrinar de “la cátedra de maestra de escuela al trono de la poesía”, como dijo su traductor Hjalmar Gullberg en la entrega del Premio Nobel de Literatura a la poeta del Elqui en 1945. A pesar de su fama e interés de las editoriales, fueron pocas las antologías de su obra preparadas por la misma Mistral. Esta Pequeña antología personal, publicada en 1950 y no vuelta a reeditar, es una de ellas: una muestra preciosa de su escritura que se vuelve a poner en circulación para celebrar su obra y un nuevo aniversario del reconocimiento universal de la Academia Sueca.